CBC News- Radio Canada International
Las cifras son duras y la angustia, tanto colectiva como personal, es probablemente peor de lo que la mayoría de los canadienses alguna vez imaginó.
El coronavirus es implacable.
También lo son las repercusiones y las crisis que trae el monstruo, y Canadá ahora ha superado un hito sombrío.
Canadá ha registrado oficialmente más de 5,000 muertes relacionadas con COVID-19.
El umbral se superó cuando Ontario reportó 56 muertes más el martes, el doble del recuento nacional de muertes desde el último fin de semana de abril, cuando el total alcanzó las 2.500 muertes.
Ontario y Quebec han registrado más de 4,730 muertes entre ellos, más del 90 por ciento de todas las muertes canadienses.
Más de 1.720 personas han muerto en Ontario hasta el momento, más de 3.010 personas han muerto en Quebec.
Todo sucedió en poco más de tres meses.
Las cosas comenzaron a ir mal a fines de enero cuando un hombre regresó a Toronto desde Wuhan, China, y dio positivo.
La primera muerte canadiense se informó seis semanas después, el 9 de marzo, en un hogar de cuidado a largo plazo para ancianos en Columbia Británica.
Fue una señal de lo que vendría cuando el virus devastó los hogares de cuidado a largo plazo en muchas partes del país, especialmente en Ontario y Quebec , y representaron al menos la mitad de las muertes por COVID-19 en Canadá.
Algunos lugares han logrado defenderse.
Cinco provincias y territorios, Nuevo Brunswick, Isla del Príncipe Eduardo, Yukón, Territorios del Noroeste, aún no han visto muertes como resultado de COVID-19.
Nunavut no ha registrado un solo caso.
Parece que no habrá alivio para el dolor. El Gobierno de Canadá ha publicado modelos que anticipan entre 11,000 y 22,000 muertes en el transcurso de la pandemia, asumiendo un «control de epidemia más fuerte».
