¿Están los canadienses preparados para pagar por los inmigrantes de edad avanzada?

Por Douglas Todd

Los residentes participan en una clase de yoga sentados en Guru Nanak Dewas, una residencia de la tercera edad «culturalmente sensible» en Surrey dedicada en su mayor parte a los asiáticos del sur, sobre todo aquellos que no hablan Inglés. Foto: vancouversun.com

Es difícil encontrar a canadienses que no demanden querer lo mejor para las personas mayores.

Es por eso que los medios de comunicación están llenos de historias instando a los canadienses a apoyar a las personas mayores a medida que van volviendo frágiles, con muchas instalaciones que entran con etiquetas como «vida independiente», «vida asistida» y «terapia intermedia».

Como los políticos canadienses se centran en mantener los impuestos bajos, muchas de las personas mayores titubeantes que no tienen suficiente apoyo familiar, no pueden permitirse costosos asistentes de cuidado en el hogar o son incapaces de pagar por servicios privados de lujo terminan recibiendo un cuidado decididamente promedio en instalaciones con apoyo del gobierno.

Queriendo ir más allá para las personas de la tercera edad, muchos grupos de inmigrantes están presionando a los gobiernos para más residencias «culturalmente apropiadas». Ahí es donde los residentes pueden disfrutar de la comida con la que crecieron y, sobre todo, hablar con el personal en las únicas lenguas que conocen; las de sus países de origen.

Además, como la gente que dirige la residencia de la tercera edad Guru Nanak Niwas en Surrey han subrayado, también se necesitan instalaciones étnico-específicas para las personas que requieren protección contra el abuso emocional y financiero generalizado hacia los ancianos de la población inmigrante.

Los promotores de residencias étnico-específicas para la tercera edad argumentan justificadamente que, como ciudadanos canadienses, o incluso como residentes permanentes, las personas de la tercera edad nacidas en el extranjero tienen los mismos derechos legales que los demás canadienses a los servicios financiados por los contribuyentes.

Pero solicitar mas presupuesto para instalaciones “culturalmente apropiadas” para personas de la tercera edad también saca a flote otras cuestiones éticas a cerca de las políticas migratorias, que en gran medida son las que hacen que estas instalaciones sean necesarias, en primer lugar.

Dado que las personas que emigran a Canadá en sus años 50, 60 o mayores son menos propensas a aprender Inglés o Francés y más propensas a querer instalaciones étnico-específicas para la tercera edad, tales instituciones ponen en la mesa asuntos del mismo tipo que los británicos estaban explorando durante el debate Brexit para salir de la Unión Europea.

 

¿Están los canadienses dispuestos a pagar los costos adicionales asociados con los inmigrantes de la tercera edad?

Los liberales hacen más fácil traer inmigrantes de edad avanzada

A diferencia del gobierno australiano, el nuevo gobierno liberal federal de Canadá está operando bajo la idea de que los canadienses están dispuestos a gastar más en inmigrantes mayores, aunque por lo general ellos pagan menos impuestos.

Los liberales de Justin Trudeau se han comprometido a duplicar el número de inmigrantes que serán acogidos en Canadá, como padres y abuelos patrocinados.

Y el ministro de Inmigración, John McCallum, está haciendo más fácil para los padres y abuelos de los inmigrantes convertirse en ciudadanos canadienses sin demostrar el dominio de la lengua oficial.

Mientras que los conservadores esperaban que un inmigrante potencial menor de 64 años de edad mostrara cierta capacidad en una lengua oficial, los liberales se están reduciendo la edad a 54 años, es decir, cualquier persona mayor de esa edad ya no tendrá que demostrar habilidades lingüísticas.

El gobierno federal está reduciendo sus requisitos de idioma para los recién llegados en respuesta a las demandas de decenas de parlamentarios en su mayoría liberales, entre ellos de Sukh Dhaliwal de Surrey-Newton, quien sirve a una gran circunscripción de inmigrantes.

Sin embargo, la disposición del gobierno liberal para dar la bienvenida a más ancianos va en contra de los deseos que los canadienses han expresado en las encuestas.

Una encuesta de “Forum” encontró que los canadienses están a favor de permitir que los inmigrantes patrocinen a sus cónyuges o hijos a su cargo. Pero también encontraron que los canadienses se oponen – por un margen de 2.5 a uno – en permitir que los inmigrantes patrocinen a sus padres.

Los críticos sugieren que la creciente presión por instalaciones culturalmente sensibles para las personas de la tercera edad en Canadá es un buen ejemplo de las consecuencias costosas de los programas de patrocinio de padres y abuelos.

Y eso no sólo porque, tal y como grupos de apoyo a inmigrantes reconocen, las instalaciones étnico-específicas de la tercera edad cuestan un poco más, ya que proporcionan alimentos especiales y requieren de personal que pueden hablar varios idiomas, desde Punjabi hasta Mandarin.

La razón principal por la que los inmigrantes de edad avanzada son más costosos, según un informe de la Asociación de Estudios Canadienses, es que llegan a Canadá tarde en la vida, lo que significa que a menudo no trabajan del todo, o no por mucho tiempo, no contribuyen con cantidades significativas en el impuesto sobre la renta y tienen más problemas de salud.

¿ De qué tipo de números estamos hablando? Durante tres años, desde 2012 a 2014, los conservadores federales redujeron el retraso al permitir 70,000 inmigrantes padres y abuelos. Luego cortaron el número a 5,000 nuevas solicitudes al año a partir de 2015.

Sin embargo, un estudio realizado por la difunta socióloga de SFU, Ellen Gee, encontró que, mientras que los jóvenes inmigrantes llegan en relativamente buen estado de salud, la mayoría de los inmigrantes mayores de 65 años tienen problemas médicos mucho más urgentes que sus contrapartes nacidos en Canadá.

Un estudio de Estadísticas Canadá también encontró una correlación directa entre no hablar Inglés o francés y sufrir de peor salud.

«Las probabilidades de que los inmigrantes con dominio limitado persistentemente informen mal sobre su estado de salud… eran cerca de tres veces más a las probabilidades de los inmigrantes cuyas capacidades lenguaje eran persistentemente buenas», dijo el informe de Edward Ng.

El enfoque de la inmigración alternativa a las personas mayores en Australia

Australia es más estricto que Canadá en cuanto a aceptación de inmigrantes en sus últimos años.

Puesto que la justificación para traer a padres y abuelos es el mantener unida a la familia, Australia emplea una prueba de «balance de familia», en las que el patrocinio no puede ocurrir a menos que al menos la mitad de los hijos de los padres por patrocinar ya estén en Australia.

Como resultado de esta prueba – así como el cobro de tarifas de visado extremadamente altas y requerir patrocinadores para crear lazos financieros y garantías – Australia admite muchos menos padres que sean propensos a incurrir en un costo significativo para los fondos públicos a comparación de Canadá.

Un informe del Instituto Fraser de Canadá titulado Inmigración – Clase Familiar: El componente padre y abuelo estima que cada padre o abuelo admitido en Canadá en su vida cuesta a los contribuyentes aproximadamente $ 300,000.

El ex diplomático canadiense Martin Collacott, autor del informe y asesor frecuente del Parlamento, reconoce que algunos padres patrocinados encuentran trabajo y por lo tanto «contribuyen al coste de la asistencia sanitaria, los pagos de Seguridad por Vejez, etcétera, después de retirarse.» Sin embargo, Collacott advierte que «las llegadas de mayor edad que pagan poco o nada en impuestos sobre la renta durante su estancia en Canadá reciben beneficios muy sustanciales.»

Un problema con los contribuyentes proporcionando instalaciones étnico-específicas para personas de la tercera «es que la razón principal para traerlos es para que vivan con hijos adultos. Sobre esta base, se vuelve cuestionable por qué iban a ser colocados en dichos centros de atención en lugar de quedarse con los hijos mayores de edad», dice Collacott.

«Sospecho que se debe a una combinación de circunstancias, incluyendo que los hijos de una pareja patrocinadora han llegado a una edad en la que los padres y abuelos ya no son necesarios como niñeras. Una consideración aparte es que los padres y abuelos pueden tener suficientes problemas médicos como para que los patrocinadores estén dispuestos a entregarlos a otra persona que trate con ellos».

En medio de este debate sobre la inmigración, los que abogan por aumentar la oferta hogares culturalmente sensibles para personas de la tercera edad continúan presionando a los gobiernos a hacer más para mejorar la dignidad de los ancianos en sus últimos días, independientemente de si han contribuido con una parte proporcional de los impuestos.

Mientras tanto, los canadienses deben luchar con la difícil elección entre dos conflictos éticos – ser amable con las personas mayores, y ser prudente acerca de la capacidad de los contribuyentes para pagar. Es una discusión de inmigración de estilo Brexit destinada a continuar durante años.

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