Propietario de empresa en Toronto se enfrenta a la deportación de vuelta a Congo después de 16 años de vivir en Canadá

empresario

By Staff Torstar News Service
July 13, 2014 Updated : July 13, 2014 | 11:25 pm

Dieciséis años después de que escapó de la cárcel por una posible muerte, a manos del gobierno congoleño, un empresario que residió por un largo tiempo en Toronto y padre de seis hijos, será deportado el lunes a este país de África Central, conocido por sus abusos contra los derechos humanos.

Prince Debase Betoukoumessou, de 52 años, ha vivido en Canadá desde que huyó de la República Democrática del Congo en 1997, con su esposa y cuatro hijas. La pareja hizo una casa en Toronto, tuvo dos hijos en la provincia, y emprendió un pequeño salón de belleza y una tienda de artículos en el centro.

Canadá tiene una moratoria oficial sobre las deportaciones al Congo debido a la preocupación por la seguridad de las personas que regresan. Sin embargo, la moratoria no cubre aquellos a quienes el gobierno canadiense cree que han cometido un delito, de acuerdo con un funcionario oficial de la CBSA.

“Si bien existe una suspensión temporal del desarraigo a Congo, pero esto no aplica a las personas con antecedentes penales, los que se consideran como riesgos graves en cuestión de seguridad, los terroristas o personas que hayan cometido crímenes en contra de la humanidad”, dijo el portavoz de la CBSA Patrizia Giolti para Torstar News Service en un correo electrónico enviado la noche del domingo.

Como una de las condiciones para permanecer en Canadá, Prince tenía que informar mensualmente, a los oficiales canadienses de la Agencia de Seguridad Fronteriza en Mississauga, una cita de pie donde mencionará que él podría mantenerse por muchos años.

Pero en su última reunión en el mes Abril, Betoukoumessou se encontró con funcionarios de inmigración canadienses y tres funcionarios congoleños que habían venido a Canadá para entrevistarlos acerca de la deportación que enfrentan.

Según su esposa Therese, Betoukoumessou fue interrogado por funcionarios de ambos países para saber si él estaría dispuesto a volver al Congo.

“No, si me voy a casa, temo que ellos puedan matarme”, esa fue su respuesta, dijo ella.

Eso fue suficiente para detener a Betoukoumessou como un riesgo de fuga, alguien que probablemente no se presente a la deportación de Canadá, de acuerdo con la Organización No Lucrativa de Derechos de los Inmigrantes, nadie es ilegal en Toronto.

Durante tres meses, Betoukoumessou se mantuvo con otros más de 140 inmigrantes extranjeros en el Centro Correccional de la región central en Lindsay.

El 8 de julio, se le dijo que sería trasladado al Complejo Correccional Maplehurst en Milton, para la preparación de su deportación.

El lunes por la tarde, los funcionarios escoltarán a Betoukoumessou en un vuelo con destino a Congo; el gobierno federal advierte a los viajeros que este es un país que no deberían visitar debido a los conflictos en curso, como la “delincuencia habitual”, y el fracaso del gobierno congoleño para imponer el orden, de acuerdo con el sitio web de asesoramiento de viajes por parte del Gobierno Canadiense.

El portavoz de la CBSA se negó a comentar directamente sobre el caso de Betoukoumessou, citando preocupaciones sobre la privacidad.

“El agente me dijo que llevara su ropa a la cárcel a las 2 pm el lunes, eso es todo. No es justo. El no tiene antecedentes penales en Canadá”. Dijo Therese al Torstar News Service en la sala de la familia Dundas St. E.

“Voy a tener que ir por el bienestar”, agregó.

Ni los funcionarios del Departamento de Ciudadanía e Inmigración de Canadá, ni el abogado de Betoukoumessou, Michael Crane, pudieron ser contactados para hacer comentarios este fin de semana.

Syed Hassan de “Nadie es Ilegal”, habló acerca del peligro “demasiado real”, que Betoukoumessou enfrenta con su regreso al Congo.

“Volviendo a la RD del Congo, aunque sea brevemente, es demasiado grave el riesgo para cualquier miembro de la familia de Betoukoumessou”, dijo el grupo en una declaración proporcionada a Torstar News Service.

Antes de huir de su país de origen, Betoukoumessou poseía dos minivans y corría un servicio de transporte, según la familia. Él era también un miembro de la Unión por la Democracia y el Progreso Social (UDSP), en aquel entonces, un importante partido de oposición contra el gobierno.

En 1991, cuando la tienda de Betoukoumessou fue destruida por los soldados, él tomó un trabajo como conductor civil para agentes de la policía que van y vienen del trabajo.

“El 22 de Febrero de 1993, mi esposo fue requerido para participar en un operativo y transportar a funcionarios con la misión de secuestrar y detener a tres personas que eran miembros de la UDSP”, dijo Teresa.

“Ellos tenían armas, no tenía otra opción. Temía por su vida”, agregó.

Indignado por el secuestro de la policía, su marido renunció a su trabajo al día siguiente y posteriormente, fue arrestado y encarcelado durante cuatro años, según las declaraciones de Therese.

“Mi esposo después escapó de prisión y nos las arreglamos para huir a Canadá con nuestros cuatro hijos”

Mientras que las solicitudes de refugio de Therese y sus cuatro hijas, ahora de 20 años, fueron aceptadas por el Consejo de Inmigración y Refugiados de Canadá, le negaron la demanda de Betoukoumessou como el IRB en el que fue considerado entonces, ahora es un criminal, dijo Therese.

Ningun miembro de la familia ha regresado a África.

“Después de estar tanto tiempo aquí, nunca estuvo en problemas, yo simplemente no creo que sea correcto lo que están haciendo. Toda su vida está aquí”, dijo Lafleur, una de las hijas gemelas de Betoukoumessou, de 23 años a Torstar News Service en la víspera de la deportación de su padre.

El hijo menor, Jacob, de 11 años, nació en Toronto, junto con su hermano de 16 años de edad. Ambos van a la escuela cerca de su casa y nunca han estado en el país al que su padre será enviado.

Cuando Jacob vea a su papá el lunes, probablemente por última vez en mucho tiempo, no tendrá palabras para despedirse.

“Yo solo voy para decirle lo arrepentido que estoy por lo que he hecho y me gustaría que estuviera aquí”, dijo.

La embajada de la República Democrática del Congo en Ottawa no respondió a las solicitudes de Torstar News Service para hacer algún comentario al respecto.

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