¿Por qué la política de trabajadores extranjeros temporales en Ottawa no es tan mala?

 ottawa

Finn Poschmann, Special to Financial Post |
July 7, 2014 7:00 PM ET

La restricción para los trabajadores extranjeros ahora puede beneficiar la política de inmigración en un futuro.

El Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales de Ottawa atrajo montañas de prensa pública en los últimos años, y no de buena clase.

Este tipo de prensa en particular es mala prensa (“Los Trabajadores Extranjeros Temporales hablan de empleos donde los canadienses están disponibles”, gritó el Huffington Post) no es bueno para la economía, y tampoco es bueno para la política de inmigración. Los miembros del Parlamento establecen la política, algunas veces por lo menos, y no les gusta escuchar de constituyentes a quienes sus puestos de trabajo están siendo robados por los extranjeros, aunque sean temporales. Y la economía y finanzas de Canadá, debido a la baja fertilidad doméstica y envejecimiento de la población, requieren de inmigrantes. El mal manejo de inmigración o una mala política, no es, como se suele decir, bueno para nadie.

La preocupación e indicios sobre los TFWs, provocaron que el gobierno federal en junio, anunciara cambios significativos, tal vez permanentes, en el programa de trabajadores temporales. Los cambios parecen estar destinados a garantizar que el programa se adapte al objetivo, para permitir a los empleadores la facilidad de traer trabajadores extranjeros dispuestos y capaces de llenar los puntos para sustituir a trabajadores canadienses que no están disponibles, no quieren o no pueden por el momento. Llenar estos puntos ayuda a la economía de todo el año; trabajadores temporales ayudan a aliviar las fricciones del mercado laboral y complementar la fuerza de trabajo nacional de Canadá, haciéndonos cada vez mejor.

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Los cambios se acumulan en vallas costosas para las empresas que buscan acceso a los TFWs. Los posibles empleadores tendrán que poner más esfuerzo en la búsqueda de los canadienses que podrían cubrir los puestos vacantes; tendrán que documentar más a fondo esos esfuerzos, en forma continua, la carga de la prueba será más estricta, y se basarán en los datos del mercado laboral. El número de puntos temporales en cualquier lugar de trabajo tendrán un tope, y la tarifa de la aplicación del programa se disparará.

Estas medidas, incluyendo un anuncio de Ottawa sobre más fondos para los datos del mercado laboral, van de la mano con las recomendaciones Dominique Gross, profesor de la Universidad Simon Fraser. En una investigación cuidadosa del C. D. Howe Institute, el profesor Gross miró los datos ocupacionales de desempleo a manera regional, y los relaciono con los números de los TFW con el tiempo. El trabajo indica que en las zonas y sectores donde se encuentran los TFW, subieron rápidamente y el desempleo registró una tendencia más alta de lo que debería haber sido. Los mayores impactos fueron en B.C. y Alberta, donde la cuota total de empleo para los TFW aumentó más rápidamente.

Los impactos no son enormes, y los números por sí solos no pueden probar que los TFWs elevan el desempleo, solo es una suposición.

En un trabajo relacionado, Michel Beine de la Universidad de Luxemburgo y Serge Coulombe, de la Universidad de Ottawa, miró la movilidad interprovincial, donde los migrantes provinciales se mueven para seguir trabajando y logran un crecimiento en el número de los TFW.

Lo que es seguro es que los canadienses podrían ser una peor opción si la inmigración llega a ser vista de una mala manera

Las conclusiones de Coulombe y Beine son realmente notables, sus datos sugieren que el ingreso de los TFW, han tenido un impacto importante en la búsqueda de empleo interprovincial. Esta movilidad de búsqueda, también conocida como la flexibilidad doméstica para el mercado laboral, es una especie de Holy Grail para los economistas de mercado, que miran a la movilidad como una vía para resolver las fricciones del mercado laboral local – por desempleo. Beine y Coulombe informan que estos 100 TFWs disminuyen la migración interprovincial a 50, en el corto plazo, y mucho más en el largo plazo.

A primera vista, este resultado parece inverosímilmente grande.

Una mirada más cercana a la lógica, da una pausa. Considere la posibilidad de que un graduado esté desempleado en el centro de New Brunswick. Esa persona es, así, desempleada, y puede retirarse de la fuerza laboral activa. Coincidencia de esa persona con un trabajo, digamos, en el sector central de recursos en Columbia Británica, el cual no puede ser fácil puesto que la información es costosa, escasa, incierta, en movimiento y es una inversión costosa también. Una mejor comunicación de las oportunidades del mercado laboral ayudaría tanto a la persona como al empleador potencial.

Ahora considere el potencial de trabajadores extranjeros temporales. Esa persona, por definición, tiene información sobre un lugar. Los TFWs no se arriesgan a moverse a un empleo que no existe. Y por definición, tiene el 100% de participación en el mercado de trabajo. La fuerza de trabajo nacional no hace más, cuando un TFW llena el trabajo, las “noticias” en cuanto a la disponibilidad de ese trabajo desaparece del mercado. En este sentido, el impacto reportado en los flujos de migración interna no parece ser tan impresionante.

Esto significa que las nuevas restricciones pueden tener un impacto positivo en los mercados de trabajo de Canadá y esto ayuda a lidiar con los bolsillos regionales persistentes en las tan altas tasas de desempleo.

Estos cambios deberán imponer costos afilados. No hay dudas, los restauradores y otros pequeños negocios en las ciudades de auge o lugares alejados de los centros urbanos, tendrán problemas para contratar para funcionar todo el día y, aunque no es así, sus costos subirán. Ellos podrían cerrar. Las compañías de recursos que buscan trabajadores calificados serán menos afectadas, pero sus costos también se incrementarán. Eso podría perjudicarnos tanto como a los empleadores, los empleados potenciales o clientes.

¿Cuáles son los grandes costos de la pena en contra de las mejoras potenciales y las razones por las que se sugiere la investigación?

El jurado estará fuera durante algún tiempo. La política pública se hace siempre en condiciones de incertidumbre y decisiones responsables, para ello debe hacerse con la cabeza fría. Lo que es seguro es que los canadienses serían peor si la inmigración llega a ser vista de una mala manera y que podría obligar a tomar decisiones difíciles.

Finn Poschmann es Vicepresidente de Análisis Político, en el CD Howe Institute.

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